TRANSFORMAR LA PERCEPCION

 

(FOTO: LAURENCE FREEMAN/WASHINGTON, EEUU)
Al meditar no estamos buscando que suceda algo extraordinario. El punto es reconocer la presencia de Dios en lo ordinario, transformar nuestra percepción de la realidad; no estamos recreando el mundo para que se adapte a nuestros planes o entrando a una manera de vivir “como fuera de este mundo”. Meditar no es una forma de escapar de los problemas de la vida. No es fácil. Pero es – y este es el aspecto más importante que hay que reconocer de la meditación- extremadamente simple. La alegría y la paz más allá de cualquier entendimiento, es lo que resulta, es lo que sucede.

 

 

 

 

 

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