Reflexiones Ignacianas – 01

Hace aproximadamente 25 años, por allá en 1986, nació el Boletín de Espiritualidad de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús. La Provincia había vivido experiencias de mucho impacto que invitaban a varios de nosotros a profundizar en nuestra espiritualidad.

Externamente estábamos inmersos en las consecuencias del Terremoto del 85. Las ciudades de México y de Guzmán fueron centros dolorosos primero y solidarios posteriormente de aquel acontecimiento. En ellas muchos jesuitas pusieron manos a la obra y colocaron un grano de arena para ayudar a salir de la adversidad de aquella tragedia.

Internamente, como Provincia, sentíamos apremiantemente la necesidad de unión, de pasar de momentos de dolor ante las divisiones internas, a caminar en mayor unidad para servir al pueblo de Dios. En ese contexto nació aquel Boletín, como un medio más para ayudarnos unos a otros a encontrar la voluntad de Dios. Con el tiempo, aquel Boletín se convirtió en Revista de Espiritualidad y,más delante, en la Revista Mirada, tratando de llegar a un público más amplio que lo solicitaba.

Ahora, el Centro Ignaciano de Espiritualidad, sin abandonar “Mirada”, se siente invitado a retomar aquel primer esfuerzo y a ofrecer nuevamente reflexiones de los jesuitas mexicanos a los jesuitas mexicanos, a los jesuitas de la universal Compañía y a “Otros y otras”, como dice la CG 35, que vivan nuestra espiritualidad. El contexto hoy es distinto. Vivimos una Provincia con mayor unión de ánimos y con distintos pero también grandes retos ante nuestras cualidades y potencialidades y, también ante nuestros defectos y carencias; ante la realidad cada vez más desfavorable para nuestras mayorías; ante una creciente violencia desde los niveles familiares hasta los más amplios niveles sociales y económicos.

Los inmigrantes, los enfermos de VIH y otros sujetos que sufren exclusión, se suman a nuestra opción de querer estar con los indígenas, los jóvenes estudiantes, los obreros, los campesinos, los colonos, solidarios y con fuerte esperanza entre ellos, pero en los que no sólo no se han incrementado unas mejores condiciones de vida sino que se han visto gravemente reducidas. El Señor sigue hablando en cada uno de estos grupos. Sentimos que podemos ayudarnos un poco más unos a otros, y “REFLEXIONES IGNACIANAS”, puede ser una herramienta para ello.

Su presentación será sencilla, tanto en su formato como en el contenido; sencilla pero esperamos profunda. Nuestro deseo es que salga con periodicidad cuatrimestral y hacerla llegar a las comunidades jesuitas junto con los envíos de Noticias de la Provincia. La presencia de Internet nos cuestiona la validez de sacar una nueva revista escrita, y por eso queremos presentarla también en una versión digital dentro de la página del Centro Ignaciano de Espiritualidad (www.ciemexico.com). Pancho López, Poncho Romo y un servidor, como equipo jesuita del Centro Ignaciano de Espiritualidad, deseamos que esta sencilla herramienta
sirva para profundizar en la riqueza de nuestra espiritualidad para “La Mayor Gloria de Dios y el Bien de las Almas”

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José Luis Serra Martínez, SJ
Centro Ignaciano de Espiritualidad

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