Laurence Freeman OSB
¿Cómo logramos trascender esta mente errante, distraída y caprichosa? ¿Cómo dejar atrás las imágenes y los pensamientos que continuamente se presentan en ese nivel de consciencia?
Ahí es donde Casiano enseña la tradición del mantra en el cristianismo. Lo llama una “fórmula”, un verso corto. Menciona que esta probada tradición -e insiste en que la autoridad de esta tradición se remonta a la época de los apóstoles- es una práctica probada y segura para llevar a la mente de un estado de distracción a uno de quietud. “Toma un verso.” Y recomienda: Señor ven a socorrerme. “Repítelo continuamente,” dice “una y otra vez, desde tu corazón. Y a través de la repetición constante de este verso llegarás fácilmente a la primera de las bienaventuranzas, a la pobreza de espíritu.”
(FOTO: LAURENCE FREEMAN, URUGUAY)