Oración de la Semana

Lo Importante es el Si

Hay quien piensa que la religión es una sucesión de “noes”. No hagas esto, no elijas esto, no se puede pensar de esta manera… Entonces, parece que seguir a Jesús es ir renunciando a muchas posibilidades, ir cerrándose puertas, ir poniéndose frenos que otros, que no comparten la misma fe, no parecen tener. Pero esa visión es muy triste, e irreal. Porque lo importante, en la fe, en el evangelio, y en la pasión por Dios, es el “sí”. Es lo que abrazamos, lo que nos seduce, lo que apasiona, llena de ilusión o pone un horizonte. De esto se trata…

Oración de la Semana

Hay que reirse más

Lo propone un buen amigo. Y quizás es un grito que, precisamente al empezar la cuaresma, resulta casi trasgresor, pero necesario. Tenemos que reírnos más para tragar la vida. ¡Claro que sí! No es la risa insensata de los necios. Tampoco la risa frívola del que pasa por la vida sin mirarle a la entraña. No es la risa fracasada de quien vive amargado. Ni la risa cruel del malvado. La nuestra puede ser la risa alegre de quien ama y es amado. La risa franca de quien se sabe limitado. La risa honesta de quien vive con la verdad por delante. La risa divertida de quien sabe leer, en cada historia, sus posibilidades. La risa ligera de quien no hace dramas de más. La risa agradecida de quien sabe reconocer la bendición. La risa que sabe marcharse para volver en otro momento.

Oración de la Semana

El corazón lleno de nombres

Así se construyen los paisajes que poblamos: entre la distancia inevitable, y la presencia en la que, a veces, conseguimos vernos. ¿Te has sentido alguna vez solo?¿Has gozado alguna vez del encuentro con otros? ¿Has disfrutado de una conversación sincera, de esas en las que hay intimidad, reconocimiento y confianza? ¿Has notado, en tu entraña, la mordedura de las ausencias? ¿Has compartido risas, ilusiones y empeños, con la conciencia lúcida de estar viviendo momentos que nadie te podrá robar?

Oración de la Semana

Caricias

Acariciar. A veces se trata de eso. En nuestro mundo, en nuestra vida, en nuestro día a día. Algo tan sencillo como eso. Sonreír a quien está triste (pero no sonrisas fáciles o vacías, sino que establezcan un vínculo). Apretar una mano (y con ello transmitir un mundo). Acariciar un rostro, prometiendo estar ahí. Ver, y aún más, mirar al otro… oír, y entonces escucharle. Abrazar a quien se siente tan abandonado, tan abatido… Estar ahí para los otros, y hacérselo saber. Me gusta pensar en Jesús como un hombre que también hablaba con sus gestos.

Oración de la Semana

A un Dios difícil

Nos lo has puesto difícil, Señor. Y, sin embargo, es mejor la dificultad tras tus huellas que una vida anodina. Es mejor buscar, aunque a veces desesperemos, cuando ignoramos el rumbo. Es mejor aprender de Ti que creer que ya lo sabemos todo. Es mejor crecer a tu manera, que conformarnos con vidas raquíticas. Es mejor aprender el verdadero amor, aunque a veces el camino nos vuelva un poco locos.