Que mi mirada, Señor,
sepa ver más allá.
Que descubra Tu amor y tu grandeza
en el latir de cada realidad.
Que me duela el sufrimiento del prójimo,
Y consiga así reconocer en el desconocido
a un hermano a quien abrazar.
Que mis ojos acaricien Tus destellos
que aparecen en mi caminar.
Que sienta tu presencia,
aún en la ceguera y también en la oscuridad.
Que no me quede en visiones
que creen saberlo todo.
Que me duela el mundo,
tanto como te duele a Ti.
Que mire con un corazón compasivo,
como Tú me miras a mi.