Corazón de carne

Corazón de Jesús,
manso y humilde, tierno y amante:
Venimos ante ti para alabarte,
bendecirte, adorarte y glorificarte
porque tú amor por nosotros
no conoce límites;
porque, es verdad, los corazones amigos
no conocen las fronteras
ni del tiempo, ni del espacio.

Corazón de Jesús,
verdadero Dios y verdadero hombre,
que has asumido por amor a nosotros
un corazón de carne y por eso conoces
bien la nobleza del corazón humano:
Escruta con delicadeza nuestra más íntima intimidad.
Escucha con atención todos nuestro latidos con su suave intensidad.
Clarifica con el fuego de tu amor todas nuestras confusiones y decisiones.
Ordena en ti y para bien de los demás
nuestros afectos desordenados, desorientados y pegajosos.
Se tú nuestro principio y fundamento.
nuestro origen, destino y firmamento.

Corazón de Jesús,
Nuestro corazón es misterioso,
y muchas veces ambicioso:
Lo quiere todo sin renunciar a nada,
aquí, ahora y a nuestro tiempo y modo.
Nuestro corazón es caprichoso:
quiere mucho y puede poco,
puede mucho y quiere poco,
y, en variadas ocasiones,
no quiere nada, ni puede nada.
Nuestro corazón es pernicioso:
entre simpatías y antipatías
se lanza sigiloso,
entre filias y fobias se mueve cadencioso.

Corazón de Jesús,
unifica nuestro fragmentado corazón.
Crea en nosotros un corazón puro,
abierto, inocente y expectante.
Líbranos de la cerrazón, del olvido,
del resentimiento y de la ingenuidad.
Que nuestro corazón sea de carne
y nunca de piedra.
Y que, con ardiente caridad y brillante claridad,
comprendamos que nos creaste, Señor, para ti,
y nuestro corazón estará inquieto,
hasta que descanse en ti.

Corazón de Jesús,
confiamos hoy y siempre en ti.
Amén

Genaro Ávila Valencia sj

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