El camino sube, Señor,
se acerca mi destino.
Pero cada día es un día nuevo.
Cada día hay pendientes, está el sol, está el cielo,
existen nuevos retos, dificultades,
cansancios, nuevas personas.
El camino sube
y hay que adaptarse, respirar,
es necesario sentir la fuerza y el esfuerzo de las piernas,
hay que saber descansar.
El camino sube
y la gente te saluda y te da ánimos.
El camino sube y hay veces que estás solo.
El camino sube, pero cada día siento de nuevo
la frescura de la mañana, el calor del sol,
la fuerza y la energía que me das, Señor.
El amor de tanta gente me ayuda a lo largo del camino.
El camino sube, pero no me siento solo.
Doy tantas gracias
porque empecé buscándote a ti, Señor.
Que este camino sirva para los demás,
para aprender a querer mejor, acompañar mejor.
Aproximarme un poco más
a ese Dios que descubro en la misericordia,
amor que desciende,
amor que se hace luz para los que están en la oscuridad.
Amor que es bondad, que es comprensión.
El Amor tan y tan grande
acompañándome en tantas circunstancias.
Así que el camino hace subida, pero
yo cojo los palos, las piernas, la mochila de nuevo
y cojo la subida que toca, al igual que la bajada
que voy recibiendo en cada instante,
con nuevas fuerzas todos los días.
Alexis Bueno, sj