Pintores donde ya nadie contempla la belleza.
Filósofos que hacen preguntas
a quien prefiere no escuchar.
Maestros de quien piensa que todo lo sabe
y médicos para quien no se quiere curar.
Estudiantes exhaustos en bibliotecas vacías.
Jardineros alegres en tiempos de sequía.
Escritores señalados que pocos saben valorar
y tímidos mensajeros
de la mejor de todas las noticias.
Caminantes en medio del desierto.
Soldados en una batalla a medio librar.
Locos por la causa más justa
y amigos de quien nadie quiere abrazar.
Corazones inquietos ganando al sinsentido existencial.
Leales cuando demasiados quieren abandonar.
Escaladores cuando todos descienden.
y tan frágiles que da miedo avanzar.
Profetas en un mundo
que se aparta de la fe,
donde la esperanza late en la realidad.
Y apasionados por un pueblo
que a veces menosprecia el amor y la verdad.
Viviendo a contracorriente por el Reino,
hacia la vida y hacia el más allá,
y llamados por un Jesús
que nos convoca en la intemperie
y que jamás nos va a abandonar.
Álvaro Lobo sj