Que yo pueda sentir con tus sentimientos,
los sentimientos de tu Corazón
con que amabas al Padre y a los hombres.
Jamás nadie ha tenido mayor caridad que Tú,
que diste la vida por tus amigos,
culminando con tu muerte en cruz
el total abatimiento
de tu encarnación.
Quiero imitarte
en esa interna y suprema disposición
y también en tu vida de cada día,
actuando, en lo posible, como Tú procediste.
Pedro Arrupe (de la invocación a Jesucristo modelo)