Frente a los pensamientos desesperanzados

Puede ser porque ahora la gente se mueve, viaja mucho más. O también porque somos más sensibles ante las realidades sufrientes. Y también influyen las redes sociales, que ayudan a que nuestro mapa del mundo, y lo que en él acontece, se amplíe más allá de los dos titulares que salen en las noticias de la tele. El caso es que al abrir Facebook, por ejemplo, me hago consciente de los múltiples fuegos aquí y allí, de situaciones de carencia extrema, de poblaciones que huyen, de parálisis de lo cotidiano por violencia, de tragedias medioambientales, de corrupción…

Y sea porque tengo amigos que están o han estado en Venezuela, Bolivia, Haití, Sudán del Sur, Norte de Marruecos…o porque no les es indiferente lo que en estos lugares ocurre… me entero del dolor que hay en gran parte del mundo. Y ante todo esto me pregunto, si quizás a Dios este mundo se le ha ido de las manos… Si quizás se ha cansado y ha decidido dejar de trabajar en él…

Hay días, lo reconozco, en que los pensamientos desesperanzados suben de volumen, «que esto es irremediable, que no hay manera de salir de esta situación»… Pero algo dentro de mí, a veces muy sutil, los va apartando poco a poco… «Lo único que vence a la muerte es la vida».

¿Vida? ¿Es una locura? Así, literalmente… ¿a quién se le ocurriría engendrar vida, en traer una criatura a este mundo al borde de la hecatombe?

Quedan pocos lugares «seguros» para hacerlo… pero para colmo, hay Uno que además, decide hacerse carne, ser Vida, en lo que sería el margen de esta. Lo más «peligroso», lo no brillante, en las afueras, en la pobreza, entre los últimos, desplazado… Y justo porque desde este modo elige que no se le vaya de las manos.

Y quizás, a mí, también me gesta hoy de esta Vida…Para que desde donde estoy, entre quienes vivo, en las tareas que realizo, en las opciones que voy tomando… vaya haciendo carne la Vida que vence a la muerte…
Tengo la certeza de que a Él no se le va de las manos, pero que necesita las mías, (y esto, que lo digamos cada persona). Que me implique (y me complique) por este mundo POSIBLE… esperanzada…

Valle Chías, rjm

Tomado de: Pastoral SJ

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