Escuché de ti mi nombre
como nunca antes.
No había en tu voz reproche
ni condiciones.
Mi nombre, en tus labios,
era canto de amor,
era caricia, y pacto.
Con solo una palabra,
estabas contando mi historia.
Era el relato de una vida,
que, narrada por ti
se convertía en oportunidad.
Descubrí que comprendías
los torbellinos de siempre,
las heridas de antaño,
las derrotas de a veces,
los anhelos de ahora,
y aún sin saber del todo
en qué creía yo,
tú creías en mí,
más que yo mismo.
Así, mi nombre
en tus labios
rompió los diques
que atenazaban
la esperanza.
José María R. Olaizola, sj
Me gustan mucho estos escritos de J.M. Olaizola. Los encuentro muy nutricios.
Gracias.
Sin palabras con el poema de Olaizola, gracias 🙂
Gracias por esta oportunidad
Lamento mucho no poder asistir presencialmente en esta ocasión. Presento síntomas de lo que parece ser un simple resfrió, pero prefiero no arriesgarlos ni arriesgarme.
Un abrazo.
Hola, Juan, espero te sientas mejor. Quizá hay una confusión. La sesión sería virtual, así que no nos podrías poner en riesgo. Así serán las siguientes. ¡Eres bienvenido!